MEDITACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS III SEMANA PASCUA
SERMON DE DESCENDIMIENTO
SERMON
DE DESCENDIMIENTO
Se reproduce en este instante aquí en el templo, aquel momento solemne de la tarde del Viernes Santo sobre la colina del Gólgota, cuando José de Arimatea, Nicodemo y el discípulo Juan, en un esfuerzo supremo, antes de que cayera la noche sobre Jerusalén, procedieron a bajar de la cruza el cuerpo de Sagrado del Divino Maestro.
QUITAN
LA CORONA DE ESPINAS
Un sollozo hendido en
el aire frio de la tarde, broto del pecho de María Santísima, cuando, uno de los
varones fue arrancando lentamente la corona de espinas de la cabeza de Jesús.
Pedazos de su carne y
su larga cabellera, unidos en coágulos de sangre, quedaron adheridos en las
duras y punzantes espinas.
¡Cabeza divina de
Cristo: ensangrentada, perforada y dolorida! ¡Perdona nuestros malos
pensamientos, nuestros malos deseos, nuestras miradas llenas de odio y venganza¡.
Perdona el orgullo de los que creen que en su inteligencia está la esperanza
del mundo.
Recibe, madre santa,
esa corona de espinas, ensangrentada pero gloriosa. Es la corona de tu Hijo
Divino. Al apretarlo contra tu maternal corazón, perdónanos también Tú a
nosotros, porque al ofender a tu persona más excelente, y representas, después
de la naturaleza humana de Cristo, lo más bello que ha aparecido en la creación.
DECLAVAN
LA MANO DERECHA
Mano derecha de Cristo.
Mano que se levantó tantas veces para perdonar. Mano que salvo a Pedro cuando
se hundía en las aguas encrespadas del mar de Galilea. Mano que bendijo a las
madres y a niños. Mano que detuvo el cortejo de la viuda de Naim para devolver
la vida a su hijo. Mano que señalo a los discípulos el camino de su primera
predicación. Mano que secaron las lágrimas ante la tumba del amigo Lázaro.
Mano pura de Cristo,
hoy ensangrentada por el gatillo de las armas; por el botón que lanza bombas
incendiarias y cargas de dinamita destructoras; por el puñal homicida; por el
linotipo de que corrompe, que calumnia, que desune, que lanza a los cuatro
vientos el odio y la mentira.
Cae lentamente sobre
ese cuerpo muerto, mano derecha de Cristo. Aunque perforada por el clavo
sanguinario, aún necesitamos Señor, tu mano derecha para que nos perdone, para
nos levantes, para que nos bendiga, para que no señales neamente el camino del
Reino de los cielos.
DESCLAVAN
LA MANO IQUIERDA
Mano izquierda del
Señor. Mano que ayudó a tu derecha para hacer el bien. Mano sacrificada de los
hombres y mujeres del mundo que a través de los siglos, han hecho el bien al prójimo
y sin embrago, sólo recibieron traiciones y desprecios.
Mano que ha ayudado a
mitigar la miseria humana. Mano colaboradora de Cristo para la salvación del
mundo. Mientras tu mano derecha, Señor, nos indica el camino hacia la patricia
celestial, con tu mano izquierda tómanos, Señor, y camina con nosotros hacia el
lugar de la Bienaventuranza.
Cae mano izquierda de
Jesús sobre ese cuerpo inerte, porque nosotros ya estamos dispuestos a luchar y
sufrir para alcanzar tu reino. Estamos dispuestos a establecer en nuestra
patria civilización del amor.
DESCLAVAN
LOS PIES DE CRISTO
¡Pies lacerados de Jesús!
Durante tres largas horas habéis estado unidos con el clavo del martirio. Ya no
podéis conducir ese cuerpo hermoso y valiente del Maestro por los polvorientos caminos
de Palestina.
¡Pies traspasados y
ensangrentados del salvador! Sois como el símbolo de todos los malos pasos que
nosotros y toda la humanidad, hemos dado hacia el abismo del pecado. ¡Cuántas
veces hemos caminado por el camino torcidos para huir de tu presencia!.
Señor los pies de la
humanidad y sobre todo de nuestra Patria, también está sangrando. Se camina a
la guerra; se correa la venganza, al odio, a la violencia, al homicidio; se
busca la droga, la lujuria, la embriaguez. Se afana el hombre moderno a matar
la vida en el vientre materno; se aniquila la vida.
Se precipita el hombre
con paso apresurado a toda clase de placeres. Se corre a torturar, a
secuestrar, a quemar, a robar, a difamar, a sembrar odio y miseria,
desesperación por obtener el poder, el tener y el placer a toda costa.
Señor haz que nuestros
pies vuelvan a tener la forma de píes humanos, de pies cristianos: como los de Abraham
para ir donde tú nos indiques con tus mandamientos; como los de María para caminar
apresurados a hacer tu santa voluntad y ayudar a los que sufren; como los de
los pastores y los magos, para buscarte siempre a ti; como los de Pablo para
evangelizar; como los de mártires para dar testimonio de nuestra fe.
Haz, señor que nosotros
podamos seguir tus huellas divinas, seguir tus pasos, para así llegar un día
contigo a la casa paterna del Padre celestial.
COLOCAN
A CRISTO EN EL SEPULCRO
Piadosa mente colocan
el cuerpo de Jesús en la urna en la cual lo llevaremos a la tumba. ¡Oh Cristo
Jesús! Tú has muerto. Hoy recordamos es muerte en la cruz, y no obstante que la
que hoy hemos celebrado es una conmemoración de tu muerte, porque sabemos que
has resucitado, sin embargo el mundo materialista te considera aún muerto,
definitivamente muerto y proclama con soberbia y orgullo tu desaparición para
siempre.
Pero nosotros católicos,
creemos en ti, Oh cristo crucificado!. Al conmemorar tu muerte en la cruz,
queremos testificar y recordarnos a nosotros mismos, que solo del sepulcro
puede brotar la resurrección. Que solo de tu tumba cercana al calvario, base la
floración más maravillosa que han contemplado los siglos.
Por eso ahora, con esta
esperanza, procederemos acompañarte, no a tu última morada, sino al jardín
provisorio de Jose de Arimatea, para esperar que luzca por fin sobre nuestra
vida, la luz brillante y fulgida de tu gloriosa resurrección. Amén.
PROCESIÓN
DEL SANTO SEPULCRO.
Después del
descendimiento se organiza, donde es costumbre, la procesión del Santo
Sepulcro.
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SERMON DE DESCENDIMIENTO Hermanaos: el Sacrifico de Cristo ha sido consumado. El señor Jesús ha exhalado su último suspiro. Ahora en...